El estado de la hierba del Estadio de los Juegos Mediterráneos es un poco mejor que en citas anteriores, aunque todavía se aprecia muy perjudicada por la acción del famoso hongo, primero localizado y después otra vez perdido. Cualquier medio imaginable ha podido ser portador de ese elemento nocivo, desde el viento tan habitual en la ciudad de Almería como cualquier calzado de las personas ubicadas a pie de campo en los partidos que el equipo ha disputado en su terreno de juego. Ciertamente la lluvia de estos días ha venido a apoyar el tratamiento y la resiembra que se ha realizado, y su aspecto es ostensiblemente más aceptable.
Sin llegar a estar bien del todo, para lo que aún queda bastante tiempo, sí al menos parece que se va por el buen camino para la regeneración definitiva, lo que repercutiría de una manera importante y positiva en el juego del conjunto de Javi Gracia. En el día de hoy, dos de sus hombres, Soriano y Pellerano, han pisado la hierba y la han revisado con detalle, precisamente en una zona que está lejos del alcance del público, que es el centro del campo. El maño da el visto bueno a la mejora, pero sabe que será, y el argentino lo apunta también así, allá para Navidad cuando se recupere del todo si todo marcha igual.
