Se hizo lo que se debía hacer, que era ganar, y sucedió lo que todo el mundo sabía que sucedería, que era que nadie iba a fallar en sus compromisos de fin de curso. El empate del Alcorcón ante el Valladolid de la semana pasada era determinante, y no tanto para beneficio madrileño como para auspiciar el pasteleo del Córdoba con el Celta y viceversa. Ese fue el momento en el que el Almería comenzó a agonizar. Un punto valía a cada uno y un punto han tenido los dos, si bien los cordobesistas han jugado a ser sextos y a medirse desde el miércoles a todo un coco como el Valladolid, que hoy se dejó ir en su último partido ante el Guadalajara, posiblemente pensando ya en el cruce.
Por lo demás, el Hércules se adelantó y ‘requeteadelantó’ muy pronto, y aunque el Huesca recortó distancias antes del descanso, nada sucedió después, cumpliéndose una segunda parte de guante blanco. El ‘efecto Gilvan’ ha dado el primer paso hacia un mayor montante económico para los oscenses. Por último, el Numancia sí que ha apretado en Los Pajaritos a un Alcorcón al que se le presentaba una oportunidad más grande que la de la Copa del Rey en el Santiago Bernabeu. De hecho, el Almería, que transitaba por el desierto de la séptima plaza minuto tras minuto del partido ante el Alcoyano, ha visto un espejismo, culpa de la grada, que ha cantado un gol de Natalio que no ha sido tal. El oasis en medio de la nada no ha sido real, el agua no ha saciado al sediento y se ha muerto cuando ya se atisbaba algo de verde a lo lejos.
Esa es la crónica del partido, la manera de vivir lo que pasaba en los otros tres estadios y sin casi nada más. Eso sí, reseñables son algunos detalles de los que marcan, muchos de los cuales llegarán a entenderse pasadas las horas, como la posible despedida definitiva de Ortiz Bernal en el minuto 66 del choque, demasiado pronto como para que pareciera un homenaje. También la casi segura marcha de la disciplina rojiblanca del ‘Ciclón’ Ulloa, éste sí ovacionado por parte de la grada al restar apenas un par de minutos para el término del choque. O el adiós de Carlos García tras seis años en Almería y que podría confirmarse en breve. O la vuelta de Juanma Ortiz a la disciplina del Glasgow Rangers, esa más que segura… Pero sobre todo, la figura del míster Esteban Vigo, que ha aguantado con una entereza envidiable el minuto de silencio en recuerdo de su hermano fallecido el sábado.
En la historia del partido, una Unión nerviosa de entrada, pero con facilidades para llegar arropada por 10.458 espectadores, de los que unos cientos protagonizaron un recibimiento como el de las grandes ocasiones y varias decenas una despedida de orgullo hacia los futbolistas. Con todo, el primer balón de peligro no lo llegó a tener Jakobsen en el segundo palo, ya que se lo quitaron cuando se disponía al remate tras haber peinado Soriano una falta botada por Corona. Eso fue apenas un minuto después de que llegara la noticia del primero del Hércules, tras lo que el equipo padeció un bajón anímico que se salvó en el minuto 16, cuando de nuevo Soriano peinaba un esférico que esta vez sí sería aprovechado por Ulloa, que se fabricó un gol en posición inverosímil. El pichichi de la Liga Adelante se la acomodó con el pecho y después resolvió de espaldas a la portería con una media chilena espectacular que superaba al meta visitante. Un poco más tarde llegó el segundo del Hércules, y el Almería se enrabietó y llegó con más vehemencia a la puerta del Alcoyano, que no obstante pudo empatar con un remate totalmente sólo de César Remón que salvó Ulloa en labores defensivas. Para cerrar esta primera mitad, el mismo ariete argentino echó fuera en boca de gol un gran balón de Aleix Vidal por banda zurda.
Ya en la segunda mitad, comenzada a las 20:30 horas exactas, una vez más era el pichichi el que empezaba fuerte, con un cabezazo al larguero, seguido de Carlos García, que aprovechando el rechace disparó ajustado al palo y la pelota fue interceptada por Dorronsoro en la misma línea de meta. Desde ahí nada más que echarse a la boca, con un Almería que se ponía ‘tontorrón’ y que pensó por un instante que había marcado el ex Natalio ante la euforia del público. Pero realmente, y ante esa falsa alarma de Soria, el resto del tiempo sobró y no se saborearon ni los detalles antes mencionados, principalmente reflejados en la frialdad en la salida del campo de Ortiz Bernal. Desgana y desgaste anímico hicieron mella en las filas rojiblancas, que por poco ni ganan el partido si no es por un tremendo paradón de Esteban en el minuto 84 tras tirazo de Cañadas buscando la cruceta. El bravo guardameta asturiano hacía una de las suyas y dejaba el honor del deber cumplido en su sitio.
Tras el partido, cordura, razonamiento, autocrítica. El presidente bajó al vestuario para agradecer la profesionalidad de sus hombres, Esteban Vigo les dijo sentirse orgulloso de haber entrenado a un grupo como éste, y los pesos pesados del vestuario reconociendo que los que están por encima lo han merecido más porque han completado mejor el total de las 42 jornadas. Eso sí, a pesar de que el ‘Boquerón’ citaba en rueda de prensa como clave el partido ante el Barcelona B, «nos hizo mucho daño», aseguró, los demás integrantes del equipo no terminaban nunca de recordar puntos en el limbo, goles tontos encajados, encuentros controlados pero finalmente empatados, cada uno con su propia espina clavada en el alma, o en el corazón rojiblanco.
FICHA TÉCNICA:
UD Almería: Esteban; Rafita, Carlos García, Michael Jakobsen, Juanma Ortiz; Verza, Corona; Ortiz Bernal (Jonathan, m. 66, Soriano, Aleix Vidal, y Leo Ulloa (Aarón, m. 85).
CD Alcoyano: Dorronsoro; Devesa, Pina, Xavi Molina, Carrión (Miki, m. 72); Álvaro, Diego Jiménez (Morcillo, m. 72), César Remón, Cañadas; Gato y David Torres (Guille Roldán, m. 59).
Gol: 1-0, m. 16: Leo Ulloa.
Árbitro: Gil Manzano, del colegio extremeño. Amonestó a los visitantes Diego Jiménez, César Remón y Morcillo.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuadragesimosegunda jornada del Campeonato de Liga de Segunda División A, Liga Adelante, celebrado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, con 10.458 espectadores. Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de Francisco Vigo, hermano del técnico de la UD Almería, fallecido en la tarde del sábado.
