Puede que el alma se fuera con Alcaraz, o puede que se haya empezado a tirar la toalla, pero lo peor del partido de hoy ha sido la pésima sensación que ha dejado un Almería a ratos indolente, incluso con el marcador a favor. No caben más excusas ni son necesarios paños calientes. Se siguen perdiendo trenes y hay que empezar a pensar que realmente no se quiere viajar. Los altibajos de nivel en la plantilla son más que patentes y hasta el colista que se había construido para el ascenso le saca los colores al conjunto de Esteban en la primera parte.
Ganar el descanso en Cartagonova ha sido un alivio para los rojiblancos, que no han cogido el sitio en ningún momento y han conseguido aguantar el empate inicial porque el equipo de Carlos Ríos ha mostrado lo que le pasa, que es que no le mete un gol ‘ni al arcoíris’. El detalle que así lo demuestra es que todo el Cartagena había marcado en liga 22 goles por los 24 de Ulloa él solo. Además de esa falta de pegada, las prisas, los nervios, la incomodidad sobre el terreno de juego… todos elementos que definen de por sí a un último clasificado.
Por su parte, el Almería salió a verlas venir, a intentar manejar la ansiedad contraria sin pensar en la propia, y a desperdiciar una mitad de partido cuando tan pocos van quedando en el horizonte. La zaga, seguro, y el portero, más todavía. De ahí para arriba, sólo Juanma Ortiz y un Ulloa peleón muy lejos de su zona de influencia. Lo demás, o desaparecido o impotente. De este modo, y pasados los minutos ‘de tanteo’, los albinegros apretaron los dientes por comenzar a conseguir el milagro de su salvación. Con disparos desde la frontal como arma única, primero de Héctor Font y después de Collantes, y un único cabezazo desde dentro del área de Manolo Gaspar, su ímpetu se ahogaba en la orilla.
La UDA tenía algún tímido acercamiento, como un cabezazo de Ulloa que no cogía ni la perpendicular de la portería y sobre todo con un lanzamiento desde fuera del área de Verza aprovechando un rechace de la defensa. El ariete argentino no sólo andaba fuera de su sitio, sino que tenía la matricula cogida por parte del asistente y le señalaba los fueras de juego en los que incurría y en los que no. Pero poco bagaje en la parte del juego que había mantenido al equipo en sus peores momentos, cuando encajaba pero sabía que siempre marcaba.
Los mejores mintuos del Cartagena no se materializaban en gol, ni con Collantes otra vez ni con Toni Moral tras meritoria jugada de los atacantes cartageneros. Con todo, y una vez pitado el final de los primeros 45 minutos, otro tópico aparecía en la mente de los seguidores, de matrícula de honor en la grada del estadio albinegro, y era aquello de que el que perdona al final termina pagándolo. Había sido muy superior el once de Carlos Ríos, con sus limitaciones, eso sí, mientras que el Almería se había desplazado sin sentido sobre el terreno de juego a merced de loque su contrincante proponía. Sin alma, sin llegada, sin pegada, sin iniciativa y sin estrategia, el rendimiento al balón parado delataba que el trabajo de la semana no servía para nada.
Nada más comenzar la segunda mitad, el Cartagena se encontraba con un rival que quería un poco más tras tirar la mitad del partido con el que pretendía meterse de nuevo en playoff. Y realmente empezó a pagar su candidez con el gol del desaparecido Aleix Vidal. Antes de eso los rojiblancos tuvieron un par de ocasiones más a cargo de Juanma Ortiz, el mejor de calle en la zona de ataque, y el propio Vidal, con un centro chut. Ambos, junto con Ulloa, fueron los protagonistas de la jugada del tanto almeriense. El argentino tocó de primeras a banda, donde corría el de Guardamar del Segura, que con su verticalidad cogió el camino de la portería. Su disparo ante la media salida de su tocayo Juanma, fue despejado por el portero rival hacia atrás y el catalán apareció como un tiro para remachar la pelota dentro de la meta enemiga.
Era el minuto 50 y desde ese momento se entró en estado de adormecimiento general, del que sólo se salió cuando Jakobsen tuvo que ser retirado en el 60 tras recibir un golpe muy duro de Braulio en la espalda cuando ambos disputaban un balón colgado a la frontal almeriense. Saltó Acasiete, que no iba a tener su tarde. El Almería ralentizaba a conciencia el juego pretendiendo provocar mayor desesperación en el moribundo contrincante que veía la Segunda B ya muy cerca. Únicamente dejaban los rojiblancos alguna que otra jugada con marchamo de equipo grande, pero lo de las bandas de Esteban funciona si se sabe centrar, algo que no parece al alcance de algunos de sus jugadores.
El malagueño había caído en la cuenta de que Corona funciona mejor de mediocentro, por lo que desplazó a Verza a la mediopunta, que tampoco es su posición. La plantilla corta de nuevo hacía acto de aparición. De este modo iban pasando los minutos, con otras ausencias de varios de los futbolistas del Almería sobre el terreno de juego, como el caso de Ulloa. La marcha inexorable del tiempo beneficiaba a los del ‘Boquerón’ y desesperaba a los de Ríos, como a Héctor Font, que debió ser expulsado por segunda amarilla tras darle un arreón sin sentido a Corona. Su técnico lo cambió a la jugada siguiente, una vez que Hernández Hernández le perdonó la vida.
El que no sesteaba era Esteban, el portero, que no permitía que ningún balón de los pocos que llegaban a su área fueran constitutivos de peligro. De hecho, lo más complicado que detuvo fue un remate en plancha en propia puerta de Carlos García, que pretendía hacer una cesión al guardameta y que metió el susto en el cuerpo a todos. Esto fue previo a la jugada fatídica a la que que el Almería nos tiene acostumbrados todos los partidos. Acasiete falla, Braulio falla, Esteban toca balón y a Braulio cuando parecía que el balón se iba, y penalti en contra. El propio Braulio lo ajustó tanto al palo que incluso lo tocó, tras una estirada prodigiosa del gato asturiano, que por poco ataja el lanzamiento. El gol vino en el minuto 88, tras una segunda parte en la que no había habido ningún disparo del Cartagena.
En la siguiente jugada Ulloa despertó de su letargo y con dos defensas encima pero con ventaja para el golpeo vio a Juanma adelantado e intentó una vaselina que se le fue por mucho, cuando lo tenía aparentemente sencillo para haber transformado su tanto número 25. Después tuvo que aparecer otra vez el mejor Esteban para marcarse una gran palomita al palo largo tras cabezazo de Braulio, que una vez más buscaba, como en el penalti, la complicidad de la madera. Y desde ahí hasta el final, hubo falta de ataque de Carlos García cuando el catalán pedía penalti y un gol anulado a Santiago Acasiete, que podría haber pasado de villano a héroe, por situación antirreglamentaria.
Lo fácil, una vez avanzada la segunda parte, habría sido ganar el partido, pero el resultado hace justicia a los méritos de juego de unos y otros. En lugar de objetivos distintos, ha dado la sensación de que ambos jugaban por eludir el descenso, con un entramado defensivo de Esteban Vigo que poco tiene que ver con el juego alegre que se le presuponía y que él mismo definió como propio cuando se produjo su presentación. Su Almería no arranca y ha marcado un gol en tres partidos, por dos encajados. Ha perdido los valores que tenía como sustento y ni la estrategia ni las bandas llegan al auxilio de una nave que zozobra. Ojalá que no se vaya a pique, pero sólo una buena mitad de una segunda parte en tres partidos disputados bajos su órdenes es muy poco que echarse a la boca.
FICHA TÉCNICA:
Cartagena CF: Juanma; Manolo Gaspar, Chus Herrero, Goni, Kijera (Chamorro, m. 79); Mariano Sánchez, Héctor Font (Álvaro Antón, m. 71); Collantes, Toni Moral, Lafuente (Raimondi, m. 62); y Braulio.
UD Almería: Esteban; Rafita, Carlos García, Michael Jakobsen (Santi Acasiete, m. 60), Dani Bautista; Bernardello, Verza; Juanma Ortiz, Corona, Aleix Vidal (Aarón, m. 84) y Leo Ulloa.
Goles: 0-1, m. 50: Aleix Vidal. 1-1, m. 87: Braulio, de penalti.
Árbitro: Hernández Hernández, de Canarias. Amonestó a Héctor Font (m. 21) y Mariano Sánchez (m. 72) y Jakobsen (m. 1), Carlos García (m. 76), Rafita (m. 85) y Esteban (m. 87).
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada trigesimoquinta del Campeonato de Liga de Segunda División A, Liga Adelante, celebrado en el Estadio Cartagonova, con numerosa presencia de espectadores llegados desde Almería.