viernes, 29 marzo 2024

El Almería pide a gritos las vacaciones tras chocar consigo mismo delante del Alcorcón

22 diciembre 2012
Almería
Último partido del año 2012 para la UDA en esta Liga Adelante

Aleix Vidal choca con Rafita ante la presencia de Juli

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Pésima primera parte, pocas ideas en la segunda y dos decisiones arbitrales otra vez muy perjudiciales

La UDA perdió la oportunidad de culpar de su tercera derrota consecutiva al árbitro del partido. Algo que ver tuvo tras no penalizar una clara expulsión en la primera parte y dejar de pitar un claro penalti en la segunda, pero con todo la sensación que queda es la de que el equipo no compareció en el Medierráneo, un poco en la línea de un gran vacío en la grada con apenas los 4.000 seguidores en las mismas. El Alcorcón, en cambio, hizo su partido, que no su fútbol, como reconoció su tecnico Bordalás en sala de prensa. Tras unos primeros minutos de tanteo con posesión del Almería y con buen posicionamiento alfarero, comenzó a verse que los rojiblancos eran previsibles simplemente porque mantenían una actitud demasiado estática sobre el terreno de juego. Con poco ritmo, sin ninguna idea, el toque de calidad en las triangulaciones en corto tapaba las carencias de los desplazamientos en largo, que podría haber sido una salida al embotellamiento de jugadores de ambos bandos en muy pocos metros.

No servía de mucho el movimiento de balón en esas circunstancias, y más con un rival serio que achicaba hasta el extremo. Ver a Verza levantar la cabeza sin encontrar ninguna línea de pase, ningún compañero en movimiento, fue una tónica demasiado general en una primera mitad que se terminó perdiendo porque se regaló tal cual al contrincante. Como muestra de esto cabe decir que no pasó nada cerca de las áreas hasta el minuto 8, y tuvo que ser de falta lanzada por Carlos Calvo, que pegó a puerta directamente desde lejos, escorada a la izquierda, para que Manu Fernández no tuviese problemas para detener el esférico. Pero al poco, en el minuto 10, el Alcorcón hizo una demostración de lo que el planteamiento táctico precisaba, tocando en corto en el centro del campo y por la izquierda para romper en largo hacia la derecha. Cogieron la espalda de la defensa con facilidad y el lateral Nagore incorporado al ataque, y no era contragolpe, pisó área y puso el balón en el único sitio imparable, en la escuadra del palo largo.

A pesar del mazazo todo siguió más o menos igual, sin que el tanto en contra despertase más intensidad en el Almería, y sin que el Alcorcón se fuera a matar el partido cuando podría haberlo hecho. En todo caso, es cierto que Miguélez la tuvo en el minuto 14 con un disparo a la media vuelta bien respondido por Esteban, pero ya no hubo nada más de su lado hasta justo antes del descanso, con Camille incorporándose por su banda para finalizar una jugada con disparo lejano por encima del marco almeriense. La UDA mientras tanto se peleaba consigo misma sin carburar y con alguna discusión dentro del campo entre sus propios jugadores, un tanto nerviosos. El único que no pedía el balón al pie era Aleix Vidal, que ponía toda la verticalidad que podía. Sólo en el 17 llegó un cabezazo en parábola de Charles a servicio de Raúl García que atrapó Manu, y desde ahí no hubo lanzamientos a puerta ni casi llegadas.

Ya en el minuto 32 el único pase al hueco que se encontró vino a demostrar que ese era el camino. Fue para Aleix Vidal, que cuando iba a encarar el meta alfarero fue agarrado de manera flagrante por Camille, que a cambio sólo vio amarilla cuando debía haber sido expulsado por ser el último defensor. La polémica despertó a los rojiblancos, que se animaron un poco pero sin excesos. Soriano no llegó en el minuto 35 y en el 37 Charles cabeceó fuera otro centro más de Raúl García, mejor en ataque que en defensa, y con eso se daba por entregada una primera parte completa a un Alcorcón que había llegado al Mediterráneo como el segundo visitante más goleado de la categoría tras el Numancia, pero al que no se le hizo nada de daño en 45 minutos desperdiciados. Tocaba ir a remolque en la segunda mitad, y eso no invitaba al optimismo por aquello del consabido bajón tradicional del equipo. Faltó fuerza en la disputa de los balones, contundencia y movilidad, sin la que la creación está condenada.

La segunda mitad pareció cambiar los papeles de partidos anteriores con la primera, y el equipo salió más enchufado desde el principio pero con una muy complicada tarea que hacer. Jonathan entró de inicio por Carlos Calvo, gris hoy y sin nada que ver con el de Elche. A pesar de ello pasaron varios minutos hasta que llegó la primera ocasión clara del partido para el Almería. Fue en el minuto 52 cuando Soriano cabeceó como un martillo un gran centro de Aleix Vidal, pero la respuesta del meta visitante fue extraordinaria. Parecía levantarse el vuelo, y más cuando en el 55 Charles rondó el gol intentando poner el cuero colocado al palo largo desde dentro del área. La jugada acabó en córner y en su salida Jonathan aprovechó la segunda jugada para chutar a las manos de Manu desde fuera del área.

Había más presencia, pero faltaba de lo que se había ido sobrado en el comienzo de la liga, contundencia y pegada. Para poner más desquiciados a los jugadores llegó a segunda jugada para la polémica, ya que un centro de Raúl García fue rematado por Mejía e interceptado por Laguardia con la mano. La protesta fue muy airada dentro del campo y desde el banquillo, que no se podía creer que se repitiera la historia del Martínez Valero. Otra vez dos jugadas claras en las que se perjudicaba a los rojiblancos, pero esta vez no estaban acompañadas de  buen juego. Con todo, el que pudo finiquitar el partido para los suyos fue el central Babín, que cabeceó picado un balón desde el costado en una falta botada por Abraham, y el que mantuvo el hilo de esperanza del Almería fue Esteban, que hizo una parada magistral sacando el cuero desde el suelo y anulando el efecto de picado del remate. Era el minuto 76, y en entre el medio correcalles que se estaba produciendo por momentos Aleix Vidal empalmó un latigazo desde la frontal que sacó a duras penas Manu Fernández.

El tarraconense seguía siendo el hombre más peligroso de la UDA, y casi logra empatar en el minuto 86 de nuevo, pero el meta del Alcorcón se empeñó en que se acordara de él toda la noche. Charles chutó desviado en el rechace del córner que generó la anterior jugada de Aleix Vidal, y ya en el descuento por poco pierde la cara ante una acción en la que Babín dejó las piernas arriba una vez en el suelo hasta que los tacos impactaron en el rostro del brasileño. El colegiado no pitó nada, y hasta a su cuarto árbitro le dio por tener protagonismo equivocándose con la tablilla en el último cambio alfarero, lo que ralentizó aún más la salida y la entrada al terreno de juego de los hombres de Bordalás, en concreto Miguélez y Calahorro. Así se consumía el partido, con una última acción en la que Mejía se quedó tendido en el área rival dolorido por un golpe y la frustración general en la parroquia rojiblanca. Fue demasiado castigo una derrota, pero las sensaciones fueron las de un conjunto que buscaba las tablas y que pedía el parón navideño. En ese sentido, la despedida ha sido definitiva para algún jugador. Habrá altas y bajas en el mercado de invierno tras perder tres partidos seguidos y dos puestos en la clasificación.

FICHA TÉCNICA:

UD Almería: Esteban; Rafita, Marcelo Silva (Corona, min. 62), Trujillo, Raúl García; Verza, Mejía; Carlos Calvo (Jonathan, min. 4), Soriano (Ulloa, min.76), Aleix Vidal; Charles

AD Alcorcón: Manu Fernández; Nagore, Laguardia, Babín, Camille; Fernando Sales, Abraham (Morán, min. 83), Sergio Mora, Juli (Kike López, min. 80); Rubén Sanz, Miguélez (Calahorro, min. 90)

Gol: 0-1, min. 10: Nagore

Árbitro: Medié Jiménez (Comité Catalán). Amonestó con tarjeta amarilla a Megía (min. 58) y a Ulloa (min. 93) por parte del Almería, y a Camille (min. 32) y Laguardia (min. 79) por parte del Alcorcón. Expulsó con doble amarilla a y Kike López (min. 84 y min. 92)

Incidencias: Partido correspondiente a la decimonovena jornada del campeonato de la Liga Adelante, última antes del parón navideño, disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 4.034 espectadores. Tras el partido han comenzado las vacaciones hasta el día 30 de diciembre a las cinco de la tarde.

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