A las cuatro de la tarde, y en el verano bis de la provincia de Almería. Ahí es nada, con unas temperaturas que se esperan muy elevadas para la hora del choque por mucho que los entrenos se extiendan hasta las 12.30, como el último de cuantos se han llevado a cabo esta semana. Pero más que eso está que a las seis de la tarde llega el gran derbi de España, el Real Madrid – FC Barcelona, que puede que deja la grada del Mediterráneo semivacía cuando se vaya acercando el momento en el que en el Santiago Bernabeu eche a rodar el balón. Francisco, el míster rojiblanco, no ha depositado mucho interés en eso último, porque confía en la afición, pero sí en lo primero, buscando ante todo unas buenas alimentación e hidratación de sus hombres este viernes y cambiar el rumbo del que se jugó en San Mamés a esa hora el año pasado, que acabó con una tremenda goleada encajada.
No es rival directo el Athletic de Bilbao, que esta semana ha jugado una Champions que en su anterior visita ya tenía conseguida. Por eso es muy distinto este partido a aquel, y sabiendo que disponen las filas bilbaínas de grandes peloteros también se asume que en la lucha cuerpo a cuerpo son difíciles de batir si es que el encuentro va por esos derroteros. Se ha aferrado mucho Francisco a lo hecho en Villarreal, que para él es un buen ejemplo de como sabe el equipo competir a pesar de acabar derrotado. Se miden el que todavía no ha ganado en casa y el que aún no ha puntuado fuera, uno de la zona tranquila contra otro de la zona de quema, pero al entrenador no se le pasa por la cabeza bajo ningún concepto pensar que el Athletic es un rival directo. Lo que más le interesa, no obstante, es su propio equipo, y ha desvelado que los entrenamientos han sido fantásticos, con todos muy enchufados, antes de la cita histórica del partido 100 del Almería en primera en el Mediterráneo.