No puede existir un equipo en la Liga de Fútbol Profesional de este país que pague tan caro sus carajas como lo hace el Almería, que cada vez que se desconecta, y eso sucede en todos sus partidos sin excepción, sufre sobremanera y recibe goles asiduamente. No fue distinto ante la Ponferradina, que se presentaba en el Mediterráneo con otra piel distinta a la de cordero con la que vino en mayo de 2007, cuando se ascendió definitivamente a Primera División. De todos modos, el cuadro bierzano no había sumado ni un solo punto a domicilio en 2013, fraguando su coqueteo con los puestos de promoción en El Toralín. Bien hecho, mejor colocado, constante, el equipo del mítico Claudio Barragán iba a ser un duro hueso de roer, pero la UDA tuvo paciencia y se lo comió entero. El arma secreta rojiblanca ya no es tan secreta, sino que se ha destapado, y se llama Iago Falque. Estratosférico, el gallego lleva el sello Premier League y lo estampa en el terreno de juego.
Así las cosas, la historia del partido la comenzó a escribir el cuadro de Javi Gracia, que quería el balón y que merodeaba con facilidad el área de Santamaría. De hecho, no se quedó en ese mero amagar, sino que con las internadas de enorme calidad del vigués había acumulado varios disparos y un larguero ya en el minuto 6 de partido. Un intento de chilena de Charles precedió a su testarazo al travesaño, y en ambas actuaron los mismos fabricantes, Soriano y Falque. Como tanto mérito no podía caer en saco roto, al siguiente minuto y después de que entre Sori y Charles no llegase el remate, Falque hizo una dejada a la locomotora Corona, en la misma portería en la que marcó el 3-1 definitivo en 2007, y con la zurda, impropio en él, la metió para adentro desde la frontal del área pequeña.
El Almería se había puesto por delante muy pronto y por méritos propios, como todo lo que pasó hasta el minuto 20. En el 13 Falque rapidísimo se la puso a Soriano y éste a Charles, pero Nano evitó el remate mandando a la esquina. Al sacarse el córner, fue Pellerano el que hizo de defensa pero en el lado equivocado, ya que no tuvo tiempo de apartarse ante el lanzamiento sumamente intencionado del hispano-brasileño, que iba adentro si no es por el argentino. Fue entonces cuando la Ponfe metió un poco de miedo con Iván Moreno adelantándose a todos y llevándose un balón que se le fue un poco escorado, con todo, apuró y Esteban aguantó para tapar y ceder saque de esquina. No se lo esperaba nadie, pero en el saque Charles la metió para adentro ante el intento de remate de Alan Baró. El empate llegaba en propia puerta, y esto se sumaba a la anterior acción.
Pero como eso era poco para la Ponferradina, su juego tuvo unos minutos de brillantez mientras que el Almería se había borrado del partido. Tan es así que Máyor lo intentó desde un poco avanzado el centro del campo ante un Esteban adelantado, pero el balón salió repelido entre los guantes del astur y el larguero. No quedó ahí la cosa, e Iván Moreno solo no pudo con el temple de Esteban en uno de los mano a mano más largos que se pueden dar en el fútbol. La mano del cancerbero sacó el esférico y el rechace lo enganchó Lafuente para chutar muy duro desde la frontal y mandarla arriba por muy poco. Zozobraba la UDA, pero a tenor de lo visto al inicio debía ser cuestión de tiempo que despertase de nuevo, y así fue, ya que un par de minutos después de todo esto, en el 24, Charles se inventó un zurdazo respondido con una manopla de mérito por Santamaría.
Corona después intentó el gol olímpico y por poco lo consigue, para que Soriano continuase con el acoso colgándose en el aire para conectar un cabezazo al larguero, segundo para el Almería, a centro de Rafita. Era el minuto 33 y él mismo siguió la jugad para chutar fuera desde la frontal. Falque andaba desatado, y en el 36 de nuevo sirvió al corazón del área para que no llegase Soriano en boca de gol por milímetros. Iván Moreno pudo responder poniéndola dentro de las mallas, pero la jugada estaba invalidada por fuera de juego, y acto seguido fue Charles el que se sacó la espina en el minuto 38, y por enésima vez Falque andaba involucrado en la creación con centro perfecto que enganchó de cabeza el incombustible pichichi de la Liga Adelante. Lo último antes del descanso, ya con el 2-1, fue un intento de Pellerano, que conectó demasiado forzado y de cabeza un saque de esquina en el 43. Se ganaba túnel de vestuarios con el marcador a favor y sobre todo con buenas vibraciones.
En la segunda parte, esas vibraciones fueron sensaciones y estos hechos, todos positivos, y se produjo el monólogo del Almería incontestado por la Ponferradina. El equipo de El Bierzo sólo podía verlas venir sin tener poder atacante ni con el doble cambio de Saúl y sobre todo Yuri, eso en el minuto 53. De hecho, para ese momento ya había caído el tercero, obra de Soriano, que se lo merecía. Un centro con intriga desde la derecha, raso, de Jonathan, fue suficiente para que el maño le robase la cartera a toda la zaga y con la punta de la bota batía a Santamaría. Era el minuto 48, y ya en el 46, nada más comenzar, ya lo había intentado sin suerte. Tras el 3-1 ya no hubo discusión por parte de los visitantes, que deseaban que el choque concluyese cuanto antes, pero les tocaría sufrir un poco más.
El Almería se gustaba, y había olvidado el terregal del Pedro Escartín en sus ámplias praderas del Mediterráneo. Con esos espacios el equipo goza del juego y hace gozar a su afición, muy numerosa y sin regalo de entradas. La muestra es el taconazo de lujo de Corona, desde la frontal y entre líneas a dentro del área para la carrera de Falque, que conectó también al primer toque con Soriano. La pena fue que la sacó la defensa, anulando así una jugada digna de las televisiones. En el minuto 55 se producía la delicatessen, que al menos sirvió de telón para el cuarto tanto rojiblanco. Como la tarde iba de que los que se lo merecían, marcaran, fue Falque el que culminó un extraordinario contragolpe llevado por Corona, que cedió a Soriano, y que abrió éste a la banda para el perfil bueno del vigués, que cruzó a las mil maravillas poniendo al estadio boca abajo. Desde ahí hasta el final, fue un adorno completo, con pocas llegadas pero con vistosidad en el toque, y con tres para la Ponferradina, aisladas, la primero en el 75 con un cabezazo muy ajustado de Carlos Ruiz subido al remate desde la defensa, y la segunda de Saúl, también a balón parado, con un paradón de Esteban a mano cambiada al tiro de falta. El asturiano sacó otra, la tercera, a Carpio, cuando todo el pescado estaba vendido en el minuto 90.
FICHA TÉCNICA:
UD Almería: Esteban; Rafita, Marcelo Silva, Pellerano, Christian; Verza, Corona (Pallardó, min. 82); Jonathan (Carlos Calvo, min. 73), Soriano (Rubén Suárez, min. 77), Falque; Charles
SD Ponferradina: Santamaría; Carpio, Carlos Ruiz, Alan Baró, Nano; Juande, Joni; Acorán (Saúl. min. 53) , Iván Moreno (Wellington, min. 73), Lafuente (Yuri, min. 53); Máyor
Goles: 1-0, min. 7: Corona; 1-1, min. 20: Charles (pp); 2-1, min. 38: Charles; 3-1, min. 48: Soriano; 4-1, min. 66: Falque
Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Amonestó a Máyor (min. 31) y a Juande (min. 57) por parte de la Ponferradina.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimoséptima jornada de la Liga Adelante disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante la presencia de 7.550 espectadores. Choque de recuerdos por el último ascenso a Primera División, logrado en mayo de 2007 precisamente ante la Ponferradina.