Una UDA de menos a más pasó de regalar una ventaja al cuadro hispalense que podría haber sido una losa a creerse que podía puntuar en el feudo de Nervión, ello tirando de buenas maneras y de un planteamiento acertado y contrario a lo que se había venido haciendo. Y es que no se quiso el balón, se aguantó al cuadro hispalense con mínimo riesgo y se salió con peligro y realmente con mucho acierto. Tan es así que en la primera clara se hizo el empate tirando de calidad de desmarque y definición de Rodri y de tempo y pase de Suso, que se inventaron vida para el Almería.
Realmente tuvo más el conjunto de Emery, con un palo, un larguero y un chut fuera estando solo Gameiro, mientras que los rojiblancos, de azul en esta ocasión, la tuvieron en las botas de Aleix Vidal y no la tuvieron por el culo de Beto, que fue con lo que el meta detuvo a duras penas la internada del tarraconense. Se llegó al descanso con un porcentaje de cuero altísimo para los sevillistas, pero el empate campaba en el marcador y la segunda mitad, siempre temible en la UDA, tendría que decidir. En esas empezó la segunda mitad, con un poder a poder de respeto o de miedo, más local que visitante por motivos obvios, pero había posesión sin profundidad, pensando quizá en el desgaste físico de los almerienses o en su gafe o desconexión de los finales, lo que les salió perfecto a un Sevilla que acabó por ser netamente inferior pero que se quedó in extremis con los tres puntos.
Comenzó el partido con un disparo de Suso y otro de Tébar fáciles para el Sevilla, pero sobre todo con un regalo incomprensible de los que tiran por tierra todo el trabajo de la semana. Un saque de banda totalmente errático de Christian puso el balón en bandeja a Gameiro ante Esteban, con regate y balón a las mallas en el minuto 6. Desde ahí tocaba remar y se hizo en progresión, poco a poco, sufriendo desde la esquina, con once córners sevillistas, pero con soltura arriba. Delante estaba un Sevilla espeso alimentado de los errores azules más que de las ideas propias, muy poco típico de Unai Emery. Trujillo desde lejos la mandó fuera, Iborra la mandó al palo casi sin querer en el minuto 15, y Dubarbier no la mandó a ningún lado porque se fue al suelo y pidió penalti inexistente.
Se cocía el empate y llegó con Rodri pidiendo perdón por ello a su exafición en el minuto 23, antes de lo que se podía esperar porque por ese entonces aún no carburaba del todo una UDA que tenía que hacer un acto de fe. El desmarque tirado fue de killer, y el pase entre central y lateral de Suso fue de crack. Se recobró la vida que por poco se pierde con el remate al larguero en el 25 de Rabello, y con Jairo fuera cuando lo tenía todo para apurar más en el 30. Aleix Vidal perdonó el 1-2 pero por la gran intervención de Beto y de sus reales posaderas, que fueron las que evitaron el tanto almeriense tras pasar el balón por debajo de sus piernas. Esteban tendría tiempo de lucirse antes del descanso una vez más, y una pelea entre Suso y Rakitic daba el tono real del compromiso adquirido. Con todo, la última fue del Sevilla con el lesionado Gameiro tirando alto cuando estaba totalmente solo en buenísima posición ante el meta asturiano, que tapó bien.
La segunda mitad no tuvo mayor historia que no sea una impotencia terrible de los locales y un querer y no querer, así, de los visitantes. Sin apenas ocasiones de gol, con sobre todos disparos lejanos hasta que Rodri tuvo dos ocasiones caídas desde la banda izquierda con Dubarbier como servidor, se podía apostar por el empate a un tanto. Temeroso de perder el punto que ya pensaba casi seguro, el Almería no acabó de dar el paso al frente necesario y los cambios de Francisco vinieron a mantener el modo de juego hasta casi el límite, cuando metió a Soriano en el campo para acompasar. Barbosa dispuso de minutos y se soltó un poco más que en las ocasiones anteriores, y Azeez cumplió su papel en la medular. En el 78 por poco remacha el rechace a la media chilena de Rodri, y probó desde fuera del área provocando también una tarjeta.
El Sevilla no iba de ninguna manera, pero el Almería no era capaz de aprovecharse de esa situación amarrando los caballos por aquello de los antecedentes. Pero la historia de la temporada se escribe con sangre, y a pesar de todo una pasividad terrible en el descento, sobre los tres minutos que se habían añadido, permitió primero el centro y después el remate solo como la una de Rakitic entrando como en el salón de su casa para conectar de cabeza a las mallas desde la frontal del área pequeña. Increíble pero cierto, o ya no tan increíble por reiterativo. Una vez más, y son demasiadas, el final daba con la mano abierta en la cara de los estupefactos jugadores rojiblancos, que además había regalado demasiado y no habían sabido volcar el choque a su favor cuando eran claramente superiores. No se sabe que pasará, pero llega el parón, el equipo se descuelga con sólo tres puntos sobre 24 y no hay más cera que la que arde, ya que deciden cosas que no se pueden entrenar o que se han entrenado pero que no se ejecutan con diligencia.
FICHA TÉCNICA:
Sevilla CF: Beto; Diogo, Fazio, Pareja, Moreno; Iborra (Cristóforo, min. 70), Rakitic, Jairo (Trochowski, min. 81), Marin; Rabello, Gameiro (Bacca, min. 46)
UD Almería: Esteban; Nelson, Trujillo, Pellerano, Christian; Verza, Tébar (Azeez, min. 59); Aleix Vidal (Barbosa, min. 63), Suso (Soriano, min. 88), Dubarbier; Rodri
Goles: 1-0, min. 6: Gameiro; 1-1, min. 23: Rodri; 2-1, min. 93: Rakitic
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Iborra (min. 30), a Moreno (min. 69), a Fazio (min. 72) y a Cristóforo (min. 90) por parte del Sevilla y a Verza (min. 12), a Rodri (min. 19), a Christian (min. 51), a Suso (min. 88) y a Soriano (90+6) por parte del Almería.
Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Liga BBVA disputado en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla prácticamente lleno en una tarde de mucho calor en la capital andaluza. Unos 31.123 aficionados estuvieron en la grada con presencia almeriense muy animosa.
Un comentario
Una historia cruel y conocida. En anteriores comentarios en este diario, ya dije que el Almería tenía un problema en el lateral izquierdo. Por desgracia, los hechos me han dado la razón. ¿Como Christian, sabiendo que los porteros no pueden tocar con la mano los saques de banda, se atrevió a hacerlo?. No sé, no sé, empienzo a pensar mal y a dudar de la profesionalidad de algún componente de la plantilla. Por último, el equipo dió la sensación de estar fundido en la segunda parte. Para hacérselo mirar…