No es cuestión de improvisación, sino de una preparación exhaustiva por parte del área formativa de la entidad almeriense. Encabezando la misma está la pareja formada por Juan Carlos Cintas y Luis Hernández, que han sido los encargados de organizar la cuarta edición de un Campus que cada verano consigue una mayor aceptación. Además, es el primero que se realiza tras haber tenido la condición de equipo de Primera y haber conservado la categoría, lo que ha servido de mayor reclamo entre los jugadores de fútbol base de toda la provincia e incluso de fuera de ella.
En ese sentido, ha sido imposible atender las peticiones de los niños y niñas que entre sus necesidades tenían también el alojamiento. Faltan infraestructuras, es una cuestión clara, pero eso se solventará con la llegada de la Ciudad Deportiva y la construcción de la residencia para los jugadores que se formen bajo la disciplina rojiblanca. El de este año vuelve a ser un campus externo, dividido en dos turnos de una semana cada uno y con la opción de hacer las dos si así se prefiere, y con horario de mañana, entre las 9.00 y las 13.30 horas.
En ese tiempo hay cabida para dos bloques de entrenamiento con un desayuno energético en medio y para finalizar la sesión con la higiene personal, parte importante de la educación que reciben los jugadores. La metodología empleada es la más apropiada para poder aprovechar el tiempo al máximo, siendo la semana que se realiza de la validez de un par de meses de entrenamiento en sus respectivos equipos de procedencia. Además, con ella se puede observar si algún futbolista es interesante para proponerle el fichaje por el Almería, en un objetivo claro de captación.
Los técnicos forman un elenco de primer nivel, con Ortega, míster del juvenil de División de Honor, Fran Fernández, el entrenador del juvenil de Liga Nacional, y Juan Diego Mañas, el preparador del infantil Autonómico. A ellos se sumará Maikel, el técnico del Cadete B campeón provincial y además reconocido por su juego limpio, y estará la ausencia de Luis Hernández, que tras preparar todo con Cintas ha contraído matrimonio y se encuentra de viaje. Todos son portadores del ADN UDA, que es el que implantarán en sus pupilos de un campus construido sobre una filosofía.