Poeta de los muros, rastros, espacios desnudos y pequeños objetos, Paco Gómez (1918-1998) tiene una importancia vital en la fotografía española, aunque no es demasiado conocido por el público. Su observación parte de una sensibilidad bien enraizada en la realidad, pero trascendente y cargada de sentido simbólico. Un centenar de sus mejores fotografías podrán disfrutarse desde esta tarde en el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) en la exposición retrospectiva Orden y desorden.
Paco Gómez. Orden y desorden se presenta hoy y se podrá visitar del 23 de julio al 14 de octubre gracias a la colaboración con la Fundación Foto Colectania, que custodia el archivo completo del fotógrafo, formado por 25.000 negativos y más de 1.000 fotografías. Es una exposición coproducida por la Fundación Foto Colectania, el Ayuntamiento de Pamplona y la Diputación de Huesca.
La exposición toma su título de una fotografía de Paco Gómez en la que retrató dos hojas de papel, una doblada en pliegues rectos y la otra alisada después de haber sido arrugada formando una bola. El fotógrafo tituló a esta imagen Orden y desorden: un ejemplo de la simplicidad con que trabajaba y, también, del conceptualismo y abstraccionismo predominante en su obra, en un momento en que lo habitual era la fotografía documentalista.
El primer contacto del Centro Andaluz de la Fotografía con Gómez se produjo en 1991 con motivo de la exposición Grupo Afal. 1956-1991, comisariada por el Premio Nacional de Fotografía Carlos Pérez Siquier, que reunió los trabajos de nueve grandes fotógrafos de AFAL entre los que se encontraba Paco Gómez. Participaron con 20 imágenes de sus primeros y últimos trabajos. El CAF conserva en sus fondos estas imágenes realizadas en su primera etapa en blanco y negro (años 50 y 60), y posteriormente en color (años 70 y 80). Pérez Siquier ha participado también en la elaboración de esta exposición.
La exposición es la primera gran retrospectiva dedicada a Paco Gómez tras su muerte, ocurrida en 1998. El objetivo está claro: es una muestra definitiva para el conocimiento y valoración de quien realizó algunas de las imágenes más poéticas de la España de la posguerra. Su comisaria, Laura Terré, lo explica con estas palabras: “Se trata de un autor de gusto ortogonal (…). Se sitúa de frente y equilibra los límites del formato, excluye lo superfluo, busca los ejes que tensen el espacio y dispara”. La sencillez ante todo, pero también el silencio y la austeridad son la base sobre la que trabajó Gómez.