«Sumergir la cabeza bajo el agua. El cuerpo entero. Y oir sólo el mar. Que te envuelve. Todo lo de arriba, en la superficie, queda muy lejos. Aquí, abajo, hay otro mundo. Un silencio que te invade. Es tu momento de felicidad, de evasión, todo puede ocurrir. Incluso que pase cerca una sirena y te bese». Así, con esa invitación a la evasión placentera presenta la artista Marina Anaya su exposición Beso de sirena. En sus cuadros y esculturas, los colores llenan y rodean las formas, como quisiéramos que nos rodearan a nosotros.
La exposición, abierta a comienzos de mes en AM Gallery, en Roquetas de Mar, recoge algunas de las creaciones más recientes de Anaya. «Su obra transmite optimismo y serenidad», explica la directora de AM Gallery, María del Mar Domínguez. «Es una obra inspirada en la música, en los viajes… en las cosas pequeñas que alimentan las ganas de vivir», añade. De hecho, algunos de los cuadros evocan y nos transportan aún no tengo claro si a La Habana de Bebo Valdés, antes de que dejara la isla, o a algún tugurio del Nueva York más negro y rítmico. La estancia de la artista palentina en La Habana en los años 90 para cursar sus estudios de doctorado parecen aclarar la duda.
En otros, el tema central son los viajes. Pájaros azules que asemejan aviones o aeronaves que se han convertido en golondrinas y, debajo, los nombres de algunos de los destinos que habría que visitar al menos una vez en la vida como si fueran La Meca: otra vez Nueva York y La Habana, pero también Tokio, Shanghai o El Cairo. Cada cuadro necesita de unos minutos, porque cada uno cuenta una historia, más bien una postal de un relato al que el espectador puede poner el principio y el final que quiera, pero que sea feliz.
La propia artista explica en una entrevista especial para esta exposición en Roquetas la importancia de los viajes y la música en su trabajo: «La constante de mi obra es la búsqueda de momentos felices de la vida. Los escenarios cambian. Clubs, la noche, los viajes, el mar, los puertos; pero el objeto sigue siendo el mismo. Atrapar ese instante mágico en el que uno hincha bien los pulmones, respira hondo, y mientras deja escapar un gran suspiro, siente que la vida es maravillosa». También se aprecian besos, muchos besos repartidos por sus cuadros. Aquí no caben los pesimistas. Bueno, igual se contagian de su apacible optimismo.
La exposición, que estará abierta hasta el seis de mayo, se compone de dos esculturas y 16 cuadros, además de obra gráfica que forman parte de la colección permanente de AM Gallery. Anaya cuenta: «El motor de mi trabajo es el mismo que el motor de mi vida. El respaldo y la estabilidad que me dan mi familia y mis amigos y las ganas de crecer siempre en un entorno creativo, generando nuevos trabajos, que, además de conformar mi mundo, me dejan poder vivir de ellos». La propia pintora estará dentro de unos días en Roquetas de Mar para dar una conferencia sobre el arte y su obra.
Para los que tengan curiosidad o intención de adquirir uno de sus cuadros, hay piezas para todos los públicos. Desde 100 euros se puede llevar uno algo de la felicidad tranquila que transmite. La propia pintora cree obligado que su arte sea accesible.
*La exposición se puede visitar en AM Gallery, ubicada en el pasaje de Torre Estrella nº 6, en la plaza de toros de Roquetas de Mar.