El martes por la noche finalizaba en el castillo de San Felipe, el primer festival solidario Entrepitas 2012 . Una apoteósica y sonora clausura a cargo del grupo de danza étnica Amizade de Povo, con integrantes de Guinea Bissau, Mali y Argentina. El grupo, además de mostrar gran destreza con la percusión, animó al público con danzas africanas, brasileñas, capoeira y canciones portuguesas.
Las más de 300 personas que abarrotaron el castillo vibraron al son de este grupo multirracial. Un broche de oro para el primer festival que ha superado las expectativas iniciales de la organización y que se despide con la intención de repetir la experiencia el próximo año. «Tenemos previsto repetir el festival el año que viene, pero este otoño-invierno haremos diversas colaboraciones con entidades y artistas que se han prestado a seguir trabajando con nosotros de forma altruista y solidaria al igual que todos los que han participado en este primer Entrepitas 2012«, comenta Francisco Vilalta, presidente de la Asociación de Cooperación Internacional, Mar Solidaridad, organizadora del certamen.
Para Francisco Vilalta, “la experiencia además de ser un auténtica maravilla ha supuesto un gran reto, puesto que partíamos de cero y hemos conseguido plantar una semilla solidaria que esperamos que siga germinando de forma positiva a lo largo de los próximos años venideros”.
El concierto previsto para clausurar esta primera edición, a cargo del director de la Sinfónica de Barcelona, Pablo González, y la OJAL de Almería, ha sido pospuesto para el mes de noviembre con el fin de que le llegue al mayor número de gente posible. Será en Almería capital y en el auditorio Maestro Padilla.
«Desde Mar Solidaridad queremos agradecer la confianza que la gente ha depositado en nosotros, al igual que las instituciones públicas y privadas que nos han ayudado, así como los filántropos que han apoyado nuestro proyecto. A lo largo de estos diez días, no hay ni uno sólo, que no hayamos sentido el calor de la gente, la alegría de compartir todos estos eventos y por supuesto, lo más importante, la solidaridad» , apunta Vilalta.
