Con una entrada de público muy superior a la de años anteriores y pese a la continua amenaza de lluvia, la 28ª edición del Candil Rock, celebrada la noche del pasado sábado, volvió a hacer de Huércal de Almería el centro de atención de un gran número de aficionados a la buena música.
El ambiente del campo de fútbol Villa de San Pablo desde el primer minuto del concierto ya vaticinaba una noche fuera de lo común, con la aparición de Boikot en el escenario, la banda que encabezaba el cartel de este año.
Con exquisita puntualidad, la banda del levante almeriense El Hombre Orquesta abrió la noche bien arropados por el público presente, al que supieron satisfacer y dejar con ganas de más. Les siguió OpMoc, la gran sorpresa de la noche.
La música de los belgas, una atrevida e inclasificable fusión entre funk y ska principalmente, en la que intercalan matices y acordes de otros ritmos como reggae, punk, hip hop o salsa engancharon al público dejándolo rendido a estos nuevos aires llegados de Europa.
Y, como colofón a un concierto de nota, Boikot volvió a demostrar porqué después de su larga carrera siguen siendo una garantía en cualquier festival que se precie. Entre temas actuales y sus míticos transcurrió una actuación en la que la banda madrileña recordó su anterior paso por el Candil Rock y expresó su deseo de reencuentro con esta tierra en un intervalo de tiempo más corto.
