sábado, 12 octubre 2024

Alberto San Juan y Fernando Egozcue triunfan en un Apolo ‘empapado’ de teatro del Siglo de Oro

10 mayo 2024
Almería
Siglo de Oro Polvo Enamorado (3)

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‘El Marqués de las Navas’ (jueves) y ‘Mañanas de Abril y Mayo’ (sábado) en el Auditorio, concierto de la OCAL en el Apolo (domingo) y el ciclo académico, entre las muchas citas todavía por celebrar

Las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro siguen desarrollando su cuadragésima edición con un nivel escénico siempre a la altura de la historia de un evento que revive los mejores textos y obras de la época dorada de las letras de la literatura española y universal. Anoche, lo hicieron a dúo el actor y dramaturgo Alberto San Juan y el guitarrista y compositor Fernando Egozcue con el espectáculo Polvo enamorado, en el que San Juan interpretó pasajes de Cervantes, Quevedo, Góngora, Calderón de la Barca, Juana de Inés de la Cruz, San Juan de la Cruz, Lope de Vega y Santa Teresa de Jesús, además de piezas musicales de compositores de la época, como Alonso Mudarra o Luis de Narváez. 

Con la habitual mordacidad y picaresca de la que ha hecho gala en numerosas ocasiones a lo largo de su amplia carrera actoral, Alberto San Juan también conversó con los presentes en varios interludios. Desde para mostrar el contraste de la riqueza cultural frente a la cerrazón de expulsiones y persecuciones en torno a la pureza de la sangre, como con la poca fiabilidad de los cómicos a la hora de hablar de El retablo de las maravillas de Cervantes o preguntándose si los místicos tomarían algo para tener “tremendos viajes”.

Momentos brillantes y vibrantes los hubo y muchos, como supo reconocer el público. Desde la defensa de la mujer de Juana Inés de la Cruz, pasando por los pasajes de Ricote y la pastora Marcela de El Quijote de Cervantes, los dos textos más conocidos de La vida es sueño de Calderón, el Ríase la gente de Góngora, tirando de mucha sorna, Esto es amor de Lope de Vega, o Vivo sin vivir en mí de Santa Teresa, donde alcanzó la excelencia interpretativa, cosechando la ovación final de un público que estuvo a punto de colgar el cartel de entradas agotadas