Los autobuses urbanos de la capital fueron objeto de cerca de una veintena de acciones vandálicas durante la Noche en Negro, según el parte de incidencias de la empresa Alsa Surbus, lo que obligó a suspender el servicio en su totalidad a requerimiento de los propios trabajadores debido al alto riesgo para la seguridad de usuarios, empleados y ciudadanos, en general.
En concreto, se vieron afectadas prácticamente todas las líneas, en distintas zonas del término municipal, tanto en el centro como en barrios como Los Ángeles, Pescadería-La Chanca, La Cañada o El Alquián, por ataques con huevos, patatas o naranjas de grupos de adolescentes cubiertos con máscaras y aprovisionados con bolsas repletas de material para arrojar a los autobuses, lo que, en palabras del concejal de Seguridad, Manuel Guzmán, “supone una grave irresponsabilidad porque atacar a los autobuses urbanos no es un juego, es un acto vandálico que puede provocar consecuencias irreversibles”.
Precisamente, y como medida de prevención, se había llevado a cabo una campaña de sensibilización desde el Área de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Almería, en colaboración con Surbus, en los colegios y en los propios autobuses urbanos para evitar los episodios de gamberrismo. Se repartieron más de 200 carteles en los centros educativos y en los buses y se dieron charlas en unos 40 colegios y diez institutos de la capital, llegando a unos 30.000 estudiantes, bien de forma directa o a través de los propios profesores, con quienes también se ha mantenido contacto, y redes sociales de los centros.
“Por desgracia, siempre hay quien disfruta fastidiando la vida a los demás con actuaciones incívicas e incontroladas que no son niñerías, sino actos muy peligrosos y dañinos, y desde el Ayuntamiento seguiremos trabajando para impedirlos, aunque sabemos que no es fácil porque se amparan en la noche y en los disfraces para atacar a los autobuses y salir corriendo”, concluye Manuel Guzmán.
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