Las más de 12.000 hectáreas calcinadas en lo que va de año en Andalucía en los casi doscientos incendios forestales contabilizados sextuplican la superficie quemada el año pasado, cifrada en 2.157 hectáreas, y superan también la media histórica de los diez últimos años, que roza las 10.000 hectáreas.
El gran incendio de la pasada semana de 8.225 hectáreas en seis municipios de la Sierra de Málaga, ha disparado las estadísticas de siniestros forestales en Andalucía de este año, que puede ser el peor de década en cuanto a superficie quemada, después de 2004 y 2005.
La sequía y las altas temperaturas han propiciado este año un aumento y extensión de los incendios forestales en Andalucía, al igual que ha ocurrido en el resto de la Península Ibérica.
El ejercicio de 2004 fue el peor de la década en Andalucía en cuanto a incendios forestales, pues sumó 53.072 hectáreas quemadas como consecuencia, en especial, del devastador siniestro que calcinó unas 30.000 hectáreas en varios municipios del norte de las provincias de Huelva y de Sevilla, en el que murieron dos personas, y que sigue siendo uno de los mayores incendios forestales registrados en España.
El año siguiente, 2005, fue el segundo más destructivo de la década en Andalucía, con 17.581 hectáreas quemadas e importantes siniestros como el que quemó algo más de 5.000 hectáreas en el parque natural de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas y otro, también de envergadura en la Sierra de Andújar, ambos en las provincias de Jaén.
Las más de doce mil hectáreas quemadas en lo que va de este año en Andalucía por incendios forestales han roto la racha de 2010 y 2011, los dos ejercicios con menos superficie asoladas por el fuego en la última década, con 2.884 y 2.157 hectáreas, respectivamente.
Además del gran incendio forestal de la pasada semana en Málaga, este año se han registrado en Andalucía otros siniestros de gran importancia, el primero de ellos, el que quemó unas 4.000 hectáreas en el Espacio Natural de Doñana, cerca de una zona de gran valor ecológico pues alberga poblaciones de lince y de águila imperial ibéricos.
El segundo siniestro relevante ha sido el que arrasó en Bédar, unas 374 hectáreas, de las que 231 eran de masa forestal y están catalogadas Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Sierra Cabrera, una de las zonas de mayor diversidad de flora de la Península Ibérica.