A poco más de una semana de la vuelta al cole, los padres y madres del colegio público Mar Mediterráneo de la capital almeriense, situado junto al solar que dejó El Toblerone tras su demolición, han hecho pública su preocupación por el peligroso estado en el que se encuentra el centro educativo tras el derribo del antiguo silo de mineral.
A día de hoy, los escombros de obra se amontonan junto al patio de los escolares de Infantil con el consiguiente peligro que ello supone para los menores. La madre de uno de los alumnos ha denunciado que los escombros son los que sirven de separación entre el solar y el colegio; eso y unas vallas móviles de barrotes –propiedad del Ayuntamiento– que no impiden el acceso de los niños a los restos del silo.
Esta madre es una de las personas que a principios de verano denunciaba, ante la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía, la formación de una enorme nube de polvo tóxico en el entorno del centro. En su denuncia, los vecinos pedían una solución de carácter urgente a la contaminación de cara a iniciar un curso escolar sin riesgos añadidos.