Desde la Teoría del Flogisto hasta nuestros días han pasado tres siglos, y los incendios forestales siguen sin poder tener un control que permita que no causen tanto daño al ecosistema y a la población. Se ha debatido al respecto en innumerables ocasiones, incluida la conveniencia o no del uso del agua de mar para su extinción, si bien lo que prima en ese aspecto es la pronta extinción una vez que se ha producido. El agua se desala para su uso de riego, varias desaladoras aparecieron en el litoral almeriense , y el sistema empleado en casi todos los casos fue el de la ósmosis inversa.
No se riega con agua salada, como tampoco se bebe, pero sí se aplacan las llamas con ella en casos de extrema necesidad como el del incendio que en la Sierra de Gádor, activo durante durante 40 horas, que ha calcinado unas 3.400 hectáreas según las primeras estimaciones y que ha afectado a los municipios de Enix, Alhama de Almería, Santa Fe de Mondújar, Terque y Gádor. Después habrá que ver si afecta a su regeneración la sal del agua utilizada, un debate abierto y no cerrado en el que varios científicos han entrado, incluso escritores como Vázquez Figueroa, que cree que más afectan las cenizas y demás residuos a los acuíferos.
En el caso del mayor incendio en muchos meses en Almería, fue cuando amainó el fuerte viento de levante el momento en el que los medios aéreos utilizaron agua de mar para cerrar frentes y frenar el avance de las llamas. Entre las miradas de los curiosos hacia arriba en una ciudad cuya atmósfera y plazas se llenaron con una capa de hollín procedente de la sierra en llamas, los hidroaviones cargaban refugiados en el puerto de Almería entre los barcos atracados y con una destreza de sus pilotos realmente extraordinaria. Mucha gente se juega la vida cuando se produce un incendio forestal, luchando por un bien que en definitiva es de todos.
Tras beber el agua del mar en el puerto sobrevolaban después la zona afectada para llevar a cabo las descargas de las mantas que primero enfrían absorbiendo el calor y después sofocan la combustión, para después volver a enfriar en lo que se llama el refresco de la zona devastada para que las llamas no revivan. Se han estudiado las causas que provocan los incendios, naturales o provocados, y sus consecuencias, directas e indirectas para el ser humano, pero la masa forestal mengua y la sequía avanza más libremente sean los bosques de titularidad pública, los menos, o de titularidad privada, los más.
Los efectos de los incendios son muy numerosos y afectan a muchos factores de los ecosistemas: pérdida de suelo, pérdida de materia orgánica (biomasa), pérdida de biodiversidad, contaminación atmosférica y contaminación de aguas. Muchas plantas están preparadas para resistir al fuego, especialmente las de aquellos lugares propensos al mismo, y pasado el fuego rebrotan con cierta facilidad. En el caso de los pinos, que incluso producen sustancias para arder bien, al crecer más rápido y germinar bien sus semillas tras los incendios, dominan la zona. Sin embargo, en el caso de un gran siniestro o si se produce en reiteradas ocasionesel daño es irreversible, por lo que será necesaria la intervención humana, siendo necesarias décadas y mucho dinero.
