Cada año por estas fechas, la historia se repite. Uno de los focos está en el cauce del río Andarax, donde la maleza, la basura y los vertidos de aguas residuales generan el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de mosquitos. Insectos y malos olores al alcance de barrios como la Vega de Acá, La Pipa y El Puche y de los que el Ayuntamiento de Almería responsabiliza a la Junta de Andalucía.
«Los vertidos fecales que se vienen produciendo en los últimos años en el río Andarax por los municipios vecinos es una situación que desde el Ayuntamiento llevamos denunciando desde el año 2008, con informes de la policía medioambiental, sin que la Junta haya tomado una sola medida al respecto», denuncia el concejal de Salud de Almería, Carlos Sánchez.
Similar problema al de los mosquitos y sus consecuencias entre la población, en este caso de Almerimar, se vive en las inmediaciones de Punta Entinas-Sabinal, espacio protegido ubicado entre los municipios de Roquetas de Mar y El Ejido.
En respuesta a la petición de los ayuntamientos, la Junta asegura que la Ley de Bases de Régimen Local y el Decreto 8/1995 de 24 de enero por el que se aprueba el reglamento de desinfección, desinsectación y desratización sanitarias, atribuye a los municipios la protección de la salubridad pública. Añade la Junta que el tratamiento y actuación sobre los mosquitos es por lo tanto una competencia municipal, siendo el ayuntamiento quién debe buscar la fórmula más conveniente para erradicar la proliferación de culícidos.
