No hay tregua y la situación empeora a medida que van sucediéndose los días. Almería se ha ido ya hasta una tasa de paro que empieza a rondar el 40%, exactamente situada en el 38,44% y únicamente por detrás, en el ámbito andaluz, de Jaén, que tiene un 39,14%. La Encuesta de Población Activa ha venido a decir que la provincia es puntera en España, habiéndose registrado un importante ascenso con respecto al trimestre anterior en el que dicha tasa estaba en el 35,32%. Esto significa que se ha subido un 3,12%, a razón de algo más de un punto por mes, en una situación de caída libre. En lo referente a la tasa de actividad, en nuestra provincia se registra un aumento, alcanzando el 66,40%. En valores absolutos, los parados en Almería son 143.700 ciudadanos y ciudadanas.
El secretario general de UGT Almería, José Ginel, ha entrado a valorar unos datos que demuestran la situación crítica «en la que nos encontramos, la subida del paro nos coloca en unas circunstancias inasumibles para cualquier modelo de sociedad; nuestra provincia cuenta con 13.400 personas paradas más que el trimestre anterior». Para el responsable sindical, la reforma laboral, «además de destruir empleo, precarizar el existente y deteriorar la situación económica, ha incrementado la conflictividad laboral y ha paralizado la negociación colectiva». Ginel ha hecho especial énfasis en los jóvenes, «uno de los sectores de la población más castigados por la crisis, donde la tasa de paro es del 63%», criticando al tiempo «la gran dificultad para insertarse y mantenerse en el mercado laboral y no se les ofrece ningún futuro».
Queda reflejado en números que la situación empeora por momentos, y desde UGT se ha hecho una llamada a que «la brecha entre ricos y pobres es cada vez más grande, hasta el punto de que España es el país con mayor desigualdad social de la eurozona». Puntualiza el sindicato que «se ha convertido, por primera vez, en el país con mayor distancia entre las rentas altas y las bajas; nos encaminamos hacia una sociedad más injusta y menos igualitaria, cuya consecuencia va a ser una gran fractura social». Según Ginel, «la solución no pasa por congelar las subidas salariales, ya que los costes laborales disminuyen mientras que crecen los beneficios empresariales; si las previsiones apuntan a que va a endurecerse el decrecimiento de la economía y será imposible cumplir con los objetivos de reducción del déficit, ahora más que nunca es necesario la puesta en marcha de planes de empleo en el que se impliquen todos los poderes: estatal, autonómico y local, así como los interlocutores sociales».
Se hace oportuno insistir en la necesidad de impulsar la actividad económica y de un cambio de modelo productivo: «es fundamental que las empresas inviertan en innovación, en modernización de tecnologías, en formación, que busquen nuevos mercados basándose en la mejora de la productividad y no en la competitividad a través de la reducción de costes; sólo entonces, con un tejido empresarial capaz de modernizarse, será posible la recuperación económica y, por tanto, la recuperación del empleo; el modelo, por el contrario, no debe continuar basándose en el abaratamiento del coste del factor trabajo y en el mantenimiento de la precariedad laboral». Finalmente, Ginel ha hecho un llamamiento «para que los trabajadores participemos en la próxima Huelga General convocada para el 14 de noviembre, porque es el instrumento más potente que nos ampara a la clase trabajadora para mostrar nuestro rechazo, de manera unánime, a las medidas de recortes que están agrediendo nuestros derechos más fundamentales».