Almería, Málaga y Gibraltar son las tres provincias salpicadas por la Operación Garnacha practicada por la Guardia Civil y en la que ha quedado desarticulada una organización dedicada al tráfico de hachís, cuyos cabecillas estaban ligados a rituales de santería. La droga llegaba desde Marruecos a través de la costa y, posteriormente, se transportaba en camiones de gran tonelaje y turismos para su distribución en países del centro de Europa.
Según ha informado la Benemérita, la operación se ha saldado con la detención de 21 personas, la imputación de otras 8 y la intervención de 2.815 kilos de hachís y de diferentes bienes valorados en más de 6.000.000 de euros.
Meses de investigación
La operación Garnacha se iniciaba a mediados del pasado año. Tras las primeras investigaciones, los agentes pudieron comprobar que la red había estructurado su gestión en distintos grupos según la función de cada uno en el proceso, almacenamiento, adquisición, ocultación o traslado. Entre los grupos no existía ningún tipo de conexión para que en el caso de uno fuera descubierto, el resto pudiera continuar con las operaciones y los dirigentes de la organización se harían cargo de la protección económica de los familiares de los detenidos.
La organización adquiría el estupefaciente a los productores en Marruecos, introduciéndolo posteriormente en territorio español a través de la costa y trasladándolo en vehículos o en camiones de gran tonelaje simulando ser empresas de mercancías legales. Cuando la droga llegaba a España, era escondida en lugares seguros, conocidos como guarderías, donde la mercancía era custodiada hasta su traslado a otros países para su puesta en el mercado.
En el barrio malagueño del Puerto de la Torre, los detenidos disponían de un laboratorio en el que obtenían estupefacientes derivados del cannabis, incrementando de esta forma los beneficios de la organización.
Santeros y narcos
Creyentes de rituales de santería tradicional marroquí, los cabecillas de la organizacióndisponían de varios brujos de confianza encargados de orientarles sobre cómo hacer llegar los alijos, a qué puntos determinados de la costa, y quiénes debían encargarse de ello. Se ha podido comprobar cómo la influencia ejercida por los santeros ha echado por tierra más de una transacción. A pesar de las grandes pérdidas económicas que ello suponía para la organización, algunas operaciones, las desaconsejadas por los brujos, han sido abortadas minutos antes de ser introducido el alijo, con todos los medios y personal preparados.
Cuando los agentes policiales han actuado uando la organización perdía una partida de estupefacientes por la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los jefes de la red se sometían a los brujos para que les practicasen una limpia que les despojara de la mala suerte.
Con la detención de las personas integrantes de todos los escalones de la organización (proveedores, custodia, traslado y distribución), la Guardia Civil da por desmantelada una de las redes de narcotráfico más activas asentada en la zona de la Costa del Sol, Almería y Campo de Gibraltar.
Una intervención de más de seis millones de euros
El valor de los efectos intervenidos asciende a más de 6.000.000 de euros. En los registros domiciliarios efectuados, uno en Málaga y tres en El Ejido (Almería), se han encontrado, 2.815 kilos de hachís, 163 gramos de marihuana, dos armas cortas de fuego, un laboratorio para elaboración de hachís con todos los utensilios, 3.600 euros en efectivo, 17 vehículos, dos cabezas tractoras, un camión remolque, seis semirremolques; tres embarcaciones, una recreativa y dos neumáticas; dos motos de agua, dos motores de embarcaciones náuticas, 32 teléfonos móviles.
Las investigaciones han sido llevadas a cabo por agentes de la Guardia Civil especialistas en la lucha contra el crimen organizado, contando con el apoyo de otras unidades del mismo Cuerpo de las zonas de actuación.
