La Asamblea de Izquierda Unida El Ejido, a raíz de todo lo que se ha expresado por redes sociales y distintos medios de comunicación sobre el municipio del Poniente, tras las elecciones del 2 de diciembre, ha decidido de forma consensuada y conjunta hacer público el siguiente comunicado:
Queremos invitar a todas y todos los periodistas, blogeros, youtubers y cuantas personas tengan a bien, a que conozcan nuestro pueblo, su economía, su particular historia y el esfuerzo de sus gentes que hizo que la tierra más pobre y más seca del país se convirtiera en la Huerta de Europa: un rara avis que merece un análisis más profundo y sosegado que el argumento en caliente descontextualizado y en algunos casos maliciosamente sesgado sobre la realidad social de El Ejido.
Nos duele profundamente que se vincule el término agricultor ejidense con racismo, xenofobia o incultura.
Nuestras y nuestros agricultores son grandes profesionales que salen a trabajar con el sol, que vuelven al ocaso con las manos endurecidas por el campo y que han sabido adaptar su trabajo y sus cosechas de una simple agricultura a un alto nivel de especialización, convirtiéndose todos y cada uno de ellos y ellas en biólogos en la práctica.
Una economía levantada en gran medida por el esfuerzo familiar, con especial mención a las mujeres, que desde el primer momento se metieron bajo los plásticos a trabajar, estriaban en casa los productos y sacaban adelante a sus hijos y su casa, las verdaderas generadoras de plusvalía en nuestra tierra.
Tampoco podemos olvidar a los migrantes, que también han contribuido al engrandecimiento de El Ejido aportando sus manos para levantar invernaderos y para recoger hortalizas, que se han asentado aquí, que participan en el pago de impuestos directos e indirectos y que nos están brindando uno de los mayores tesoros hoy día: una demografía joven y una tasa de natalidad al alza.
Las y los ejidenses somos un pueblo que ha trabajado y trabaja duro día a día, somos un pueblo acogedor porque recordamos que nuestros vecinos, padres o abuelos un día llegaron a nuestras tierras buscando una vida mejor. Entre la población autóctona, la que ha venido desde el interior, la del otro lado del Mediterráneo o desde las lejanas américas o Europa del Este hemos conformado un crisol de culturas en las que muchos y muchas nos encontramos cómodos andando por la calle, una multiculturalidad desaprovechada por las instituciones que han preferido mirar para otro lado y no dar el salto a interculturalidad, una oportunidad de riqueza no tangible mayor que la que ofrece los invernaderos.
Somos un pueblo que, por desgracia, alberga racistas y xenófobos pero que no pueden arrastrar nuestro buen nombre ni empañar el trabajo honesto de tantos agricultores.
Nos duele igualmente que se vincule unos resultados electorales a un supuesto analfabetismo en El Ejido de una forma tan gratuita. Bien es cierto que existe un sector de la población que por circunstancias de la época, aquí y en el resto del territorio nacional, tuvieron que abandonar los estudios muy jóvenes para trabajar y colaborar en la economía familiar. No obstante, que su infancia y juventud hubieran sido duras no les resta ninguna capacidad de raciocinio.
Sobre el resto de la población, si hubiera analfabetismo, habría que cargar las culpas sobre las distintas administraciones públicas, locales, autonómicas y nacionales, por no haber ejercido bien su trabajo y no garantizar una correcta escolarización sin olvidar años de reformas educativas, todas peores que la anterior, con unos recortes salvajes en educación y una desacreditación de las letras, especialmente sangrante en cuanto a las materias de filosofía o ciudadanía se refiere, a nivel nacional y andaluz, que explicaría mejor por qué calan ciertos argumentarios que cuando no usan directamente premisas falsas tergiversan y retuercen la verdad.
Un problema, por cierto, que no es exclusivo de El Ejido.Ahora, si confundimos alfabetización con librerías, (que no venta de libros, porque libros sí se compran), caemos en un discurso simple que no responde con la realidad. Han sido y son cientos las y los ejidenses que consumen y demandan cultura y como ejemplo, un botón: el festival anual de teatro del que tan orgullosos nos sentimos y que es reconocido a todos los niveles fue impulsado por los grupos de teatro aficionado que proliferan en El Ejido.
No obstante, si el problema es realmente no contar con establecimientos que vendan en exclusiva libros, otra vez más es culpa de la administración local y no de los y las ciudadanas, que en vez de hacer un esfuerzo pedagógico y promocional de los comercios locales se han sentido muy cómodos dando licencias a grandes cadenas y centros comerciales.
Queremos recordar que cuando tachan a El Ejido de racista, tachan a la tierra de Helena Maleno. Cuando tachan a El Ejido de analfabeta, tachan a la tierra de Martín Cuenca.
Queremos hacer un llamamiento a la cordura y el sosiego, al análisis profundo crítico y autocrítico en todos los sectores de la población y no caer en provocaciones y respuestas facilonas a realidades muy complejas.
Queremos que no se alimente más a la bestia de la ultraderecha metiendo en el mismo saco a 80.000 ejidenses que se sienten dolidos y señalados por unos resultados electorales.
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