Bajo el lema No debemos, no pagamos, los indignados han hecho un recorrido por sus distintas ciudades que ha concluido en todos los casos con la lectura de las mismas palabras ante la situación que atraviesa la sociedad española. Los centros de poder han sido objetivo de los ruidosos manifestantes pertrechados con todo tipo de enseres de las cocinas de sus casas usados en la tarde de este sábado como instrumentos de percusión. El sonido ha señalado a los culpables de las penurias actuales.
En Almería el lugar de concentración ha sido la Puerta de Purchena y la marcha ha recorrido el Paseo hasta la Plaza de las Velas, lugar común de todos los que tienen algo que reivindicar en los últimos tiempos y centro neurálgico real de los ciudadanos de la capital almeriense. Se ha exigido «la creación de una banca pública, el cese inmediato de las privatizaciones y recortes, la anulación de la reforma laboral y las responsabilidades civiles y penales a los gestores políticos y económicos que han generado la deuda ilegítima».
La protesta ha recibido el respaldo de la Coordinadora 25-S y se ha hecho con carácter internacional bajo el lema ‘Global Noise’ o Ruido Global. Decenas de ciudades de todo el mundo se han unido a una cadena en la que ha participado también Almería. El sentir a la hora de planificar un acto como es éste, es el problema generalizado de que no se quiere escuchar a la calle, por lo que se tenía claro lo que había que hacer: «vamos a hacer ruido para mostrar nuestra repulsa a las desigualdades y la opresión de un sistema económico injusto que pone al capital delante de las personas».
