viernes, 19 abril 2024

El acusado de dar una bofetada al alcalde de El Ejido en una procesión acepta dos años de cárcel

4 mayo 2018
Almería
Audiencia provincial almeria

Palacio de Justicia de Almería

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El procesado, que tendrá que abonar una multa de 8 euros al día durante 9 meses, ha pedido disculpas a Francisco Góngora y éste las ha aceptado porque se muestra «muy arrepentido por este hecho desagradable y el tiempo le ha hecho recapacitar y ver que esas conductas no van a ningún sitio».

Tres años después de dar una bofetada al alcalde de El Ejido en el transcurso de una procesión de San Isidro, el agresor ha sido juzgado en la Audiencia Provincial de Almería. El procesado, B.L.L.B. ha reconocido los hechos, pedido disculpas al regidor y aceptado una pena de dos años de cárcel.

Acusado de un delito de atentado contra la autoridad tras dar un «guantazo» en 2015 al alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, durante un desfile procesional, ha mostrado su conformidad con la pena de dos años de prisión y el abono de una multa de 9 meses, a razón de 8 euros al día, además de una orden de alejamiento.

Todo ello después de que el Ministerio Público haya reducido su petición inicial de tres años de cárcel.

Los hechos tuvieron lugar hace casi tres años, el 28 de junio de 2015, durante la celebración de las fiestas de San Isidro y discurría la procesión del santo.

Según el fiscal, en ese momento B.L.L.B. «se aproximó al alcalde y tras increparle, con ánimo de atentar contra su integridad se abalanzó sobre él, le propinó un fuerte golpe en la espalda, lo cogió del cuello y le dio un guantazo en la parte derecha del rostro», agresión que fue contenida por personas presentes en el desfile.

Tras alcanzar un pacto las partes, Francisco Góngora, en un encuentro con los medios, ha recordado el día en el que sintió que alguien la daba «un guantazo por detrás», algo que le sorprendió mucho porque jamás la había pasado algo similar y además ha dicho que no conocía a esta persona.

El alcalde ha señalado que acepta las disculpas porque se muestra «muy arrepentido por este hecho desagradable y el tiempo le ha hecho recapacitar y ver que esas conductas no van a ningún sitio», ha concluido Góngora.

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